Arde mi tierra

Este poema nace de la rabia de ver mi tierra quemándose en un contexto de calentamiento global provocado por un sistema que explota toda la vida del planeta, tanto la vida humana como la vida no humana. Este poema nace de un llanto y una herida que gritan por verse redimidos en la solidaridad y la lucha colectiva por una Andalucía y un mundo diferentes.

Arde mi tierra,

arde, arde, arde

entre las llamas y el calor

de este verano sin fin.

Pobre mi tierra,

que pide auxilio

y nadie la escucha.

Pobre mi tierra

que se quema

bajo las botas del lucro negrero

Arde, arde, arde

y nadie la mira.

Se quema el bosque,

se quema el horizonte

y hasta se quema el mar.

Mi Andalucía,

mi tierra bonita,

de Cádiz a Jaén,

de Almería a Huelva,

las llamas te devoran.

Un gobierno mafioso en la Junta,

un gobierno traidor en el Estado,

ambos miran de lado y se venden al capital

dejándote morir en la hoguera.

Mi tierra se quema

por el beneficio de unos pocos.

Ladrones con traje y corbata

de avaricia desmedida y modales finos.

Deforestan la selva,

arrasan los bosques,

queman el mundo, nuestro único mundo.

No pararán hasta que de Andalucía sólo quede

un árido desierto inhabitable.

Y hasta que de la tierra fértil y exuberante

de nuestros antepasados

no quede más que un triste secarral.

Yo maldigo a los ricos de la Tierra,

yo maldigo a su expolio sin fin,

yo maldigo al capital inflamable,

yo maldigo la herencia de los poderosos

que han marchitado este planeta.

Andaluces, levantaos

cantaba Blas Infante

Por Andalucía libre,

por los pueblos

y por la humanidad.

Andaluces, levantaos,

os canta ahora vuestra tierra.

¡Me quemo!

os grita pidiendo auxilio.

Levantémonos, andaluces.

Cantemos en verso,

empuñemos la resistencia solidaria,

mano a mano, pueblo a pueblo.

Acabemos por fin con la dominación,

seamos la nueva generación

que libere Andalucía de las llamas

del capital depredador.

En la imagen anterior, bomberos sofocan un incendio en los Toruños, en el entorno de la Bahía de Cádiz.